Los ónices son variedades de calcedonia.
Los mineralogistas los describen como variedades de ágata. El nombre viene de una palabra griega que significa “uña” por el color de la uña arrancada.
Los gemólogos y los lapidarios hablan de gemas, ya sean completamente negras, o en rebanadas constituídas de capas negras y blancas superpuestas destinadas a ser grabadas o talladas. Se dividen en: ónice verdadero u “ónice árabe”, un ónice negro o un ágata hecho de una capa negra hacia pardo muy oscuro recubierto de una capa blanca y casi planas, el sardónice, con colores alternados blancos y negros, o también pardos, con el cual han sido tallados célebres camafeos a dos, tres o más capas, como el Gran Camafeo de la Santa Capilla, el Camafeo de Viena…, el ónice-cornalina, con una capa roja, utilizada como base, sobrepuesta a una capa blanca, el Nicolás, con una capa superior muy delgada, de manera que por dispersión y transmisión del resplandor negro de la capa subyacente, aparezcan tonos azulados.
El ónice calcáreo o “mármol ónice” u “ónice mármol”, es aragonita o calcita de color blanco, amarillo, pardo o verdastro, siempre zonificados. Se forma por el depósito de materiales de orígen caliente o de concreciones estalactiformes.